Especial ICSU (consejo internacional para la ciencia)
Prestigiosos científicos de Australia, India, Nueva Zelanda, Reino Unido, Israel, Canadá, Suecia y Colombia, entre otros países, analizaron las implicaciones de la comunicación de la ciencia y la tecnología en el mundo contemporáneo. Andrés Felipe Castaño/Unimedios.
Consejo Internacional para la Ciencia, por primera vez en América Latina.
En un encuentro sin precedentes, la Universidad Nacional de Colombia reunió el pasado 18 y 19 de noviembre a 14 prestigiosos científicos del mundo para hablar de las responsabilidades frente a la comunicación de la ciencia. Reconocieron el reto de transmitir con sencillez sus resultados de investigación, mientras periodistas invitados se refirieron a la necesidad de tumbar mitos como que la ciencia es aburrida y no produce hechos noticiosos.
Los resultados de la ciencia y la tecnología, esos que en un principio parecen pertenecer solo al mundo de las teorías, hoy son más fundamentales que nunca en la vida cotidiana. La cura de enfermedades, las computadoras, la industria de los alimentos, el uso de los ascensores, en fin, demuestran cómo están presentes en los mínimos detalles del día a día de los seres humanos.
Sin embargo, fuera del mundo científico son pocos los espacios existentes para entender la complejidad de los experimentos que impactan en el bienestar de la población mundial. La situación es paradójica en esta época, en donde las innovaciones tecnológicas han llevado a que la generación, procesamiento y transmisión de la información se conviertan en fuentes esenciales de productividad y poder.
En tal contexto, los científicos reconocen el reto de transmitir sus resultados de investigación cada vez a más personas, sin importar educación, nacionalidad o posición social. Ello implica tres desafíos: transparencia de la información, mejoramiento de la relación de los medios de comunicación con la ciencia y aprovechamiento de las nuevas herramientas de Internet.
Estos retos fueron planteados durante el Foro Comunicación de la Ciencia: Responsabilidades de la Comunidad Científica y los Medios, realizado el pasado 18 y 19 de noviembre por el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU), la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn), el Centro Internacional de Negocios y Exposiciones (Corferias) y la Universidad Nacional de Colombia.
Medios de comunicación: ¡a tumbar mitos!
El foro también permitió concluir que la relación entre los medios de comunicación y los científicos se ha cimentado en falsos supuestos. En este sentido, Alejandro Santos, director de la revista Semana, propuso que los periodistas deben “tumbar los mitos existentes”. Entre estos mencionó: la ciencia es aburrida, no produce hechos noticiosos, es exclusiva para los entendidos y no tiene nada que ver con la realidad porque los análisis se centran en el mundo teórico.
Santos también subrayó que las noticias de ciencia y tecnología presentadas con creatividad e innovación pueden competir fácilmente con otros campos noticiosos ampliamente demandados por el público, como la política, la economía e incluso los escándalos de la farándula.
Sin embargo, Roeland Jaap in’t Veld, PhD especialista en Gestión del Conocimiento, fue enfático en advertir que no es necesario eliminar las tensiones entre periodistas y científicos. Advirtió que estos grupos se dedican a asuntos e intereses propios y complejos que deben respetarse.
Por lo tanto, antes que erradicar tensiones, es imperioso construir herramientas que permitan superar las aparentes contradicciones entre el lenguaje sencillo de los medios versus el técnico de la ciencia, el empirismo de la formación del periodista versus la formación rigurosa de los académicos y la inmediatez periodística versus la necesidad de trabajar de manera pausada y reflexiva de los expertos.
Internet: un escenario de cuidado.
En la sociedad de la información, las páginas web, las bases de datos virtuales, los blogs (sitios web personales que se actualizan frecuentemente y recopilan cronológicamente textos) y las redes sociales son instrumentos utilizados para clasificar y ofrecer información científica directamente. Juliana Rotich, especialista en Tecnologías de la Información, destacó la importancia de Twitter (red social que permite a sus usuarios compartir textos cortos y enlaces web), al punto de que la NASA tiene a astronautas compartiendo información y fotos sobre las misiones espaciales en tiempo real.
Internet también ha sido clave para el surgimiento de sitios como SciDev.net (red de ciencia y desarrollo) dedicados a brindar información autorizada y confiable.
Sin embargo, el uso de estas herramientas exige máxima responsabilidad para asegurar la transmisión de conocimiento veraz. Esto es especialmente problemático en el área de la medicina, en donde las personas pueden remplazar las valoraciones de sus médicos por la información consultada en la red.
Con el foro, que contó con la masiva presencia y activa participación de académicos, periodistas, profesores y estudiantes universitarios, Colombia fue anfitriona del ICSU, fundado en 1931 e integrado por 119 cuerpos científicos nacionales y 30 uniones científicas internacionales, y cumplió con una de las citas que han sido promovidas en diversos lugares del mundo por el Comité para la Libertad y la Responsabilidad de la Ciencia (CFRS), perteneciente a ese Consejo.
RotiJulianach, especialista en tecnologías de la información, expuso el proyecto Ushahidi el pasado mes de noviembre, durante el Foro Comunicación de la Ciencia. Víctor Manuel Holguín/Unimedios
Ushahidi, sucesos en tiempo real.
Por: Luis Miguel Palacio, Unimedios
Desde cualquier rincón del planeta, usted puede ser testigo activo de los sucesos que le afectan y hacer que su voz, junto a la de otras personas, sea una herramienta de información a favor de la vida. Todo ello gracias a una página web creada en África, donde los mensajes de ciudadanos son transformados en un mapa de información, por ejemplo, de lo ocurrido en una tragedia en tiempo real.
Los primeros días del 2008, Nairobi, la capital de Kenia, se había convertido en un infierno en el que pocos querían estar. La crisis estalló luego de la controvertida reelección presidencial de Mwai Kibaki, tras los comicios del 27 de diciembre del 2007 que desembocaron en manifestaciones de los partidarios del líder opositor Raila Odinga y posteriormente en un festín donde los machetes, el fuego y las balas cobraron la vida de más de 300 personas solo en los primeros cinco días de violencia.
Esos disturbios en África oriental fueron el soplo de vida para que cuatro jóvenes crearan Ushahidi, que en lengua swahili (hablada en Kenia y Tanzania) significa “testigo” o “testimonio”. Esta plataforma de Internet, fundada por Juliana Rotich, David Kobia, Erick Hersman y Ory Okolloh, recibe, recolecta, discrimina y permite la visualización de información de una crisis, tragedia o cualquier otro suceso, convirtiendo los datos en un mapa interactivo que puede ser visto online.
“En Kisumu, al oeste de Kenia, un miembro de la Policía acaba de disparar a dos civiles desarmados”, se lee en un reporte enviado a la página el miércoles 16 de enero del 2008 a las 12 del día, a propósito de la violencia poselectoral. El primer uso de esta aplicación tuvo más de 45 mil usuarios.
Mapas de información online.
De esta forma, cualquier ciudadano puede enviar información ya sea llenando un formato en la Web, a través de correo electrónico o por mensajes de texto desde un celular (vale la pena resaltar que en África los usuarios de Internet móvil han crecido en los últimos años en un 500%).
Estos reportes de ciudadanos son recibidos por el personal de Ushahidi, que lee la información para verificarla y una vez es aprobada se muestra en un mapa, ya sea de un país, región o ciudad, en forma de puntos rojos.
“Así que, por ejemplo, en el plano de Kenia expuesto en nuestra página durante la crisis mencionada, se veían muchos puntos rojos. Cada uno representaba un testimonio, pues al hacer clic sobre algún punto particular, se desplegaba una historia que era mostrada en el mapa desde el lugar específico que había sido enviada. Junto a las otras observaciones, ofrecía una idea general de lo que realmente pasaba en el país”, le dijo a UN Periódico Juliana Rotich, directora del programa y experta en tecnologías de la información, durante el Foro Comunicación de la Ciencia organizado por la Universidad Nacional.
Pero, ¿qué garantías tienen los usuarios de que los mapas contienen información confiable?
De acuerdo con los protocolos de la página, quienes reciben la información tienen la obligación de compararla con datos recibidos anteriormente y contrastarla con la emitida en los medios de comunicación. En caso de ser necesario, deben contactar a las personas que la han envido para profundizar en su reporte.
Esta retroalimentación fue puesta a prueba principalmente en Haití, durante el terremoto del 12 de enero pasado, que dejó más de 150.000 muertos.
En esta oportunidad fueron reportados innumerables mensajes como “Nos estamos quedando sin agua” y “Llevamos varios días sin alimento”. Ello le permitió al equipo de Ushahidi preguntarles a las víctimas su ubicación y necesidad principal, promover donaciones de 10 dólares, conformar un equipo de voluntarios encabezados por Rob Baker para brindar ayuda directa en el lugar de la tragedia, y realizar un informe para presentarlo a la Cruz Roja. Así, este organismo brindó asistencia a muchas de las personas o grupos que utilizaron el portal.
La página también tuvo un impacto similar durante los russian fires o incendios forestales de Rusia, en los cuales las personas ofrecían abiertamente sus servicios para ayudar a las víctimas de la ola de calor y fuego que comenzó en julio de este año, dejando pérdidas estimadas en 15 mil millones de dólares.
“Pero esta plataforma global no solo es para eventos trágicos, sino también para situaciones de diversa índole. Por ejemplo, actualmente se monitorea la cantidad de medicina en países de África del este”, mencionó Rotich a propósito del evento llamado Pill Checkg Week, en el que un representante del sector de la salud se dirige a diferentes hospitales para monitorear y mapear la existencia de medicamentos esenciales para cada zona.
De igual manera, en Louisiana (EE. UU), los proteccionistas de LA Bucket Brigade (brigada del balde) reúnen desde el pasado 22 de abril testimonios de afectados por el derrame de crudo de la compañía British Petroleum en el Golfo de México. Miden el impacto del desastre, esta vez desde la experiencia de pescadores y miembros de diferentes comunidades.
Cómo usar Ushahidi.
Este programa puede ser utilizado por expertos y usuarios cotidianos de la red. Se debe ingresar a www.crowdmap.com, crear una subpágina y especificar el tipo de información que le gustaría mapear haciendo claridad sobre los canales en los que se recibirá información, mensajes, correo electrónico, etc.
Por su parte, los expertos en plataformas de Internet pueden crear su propia página e instalar el software de Ushahidi dentro de la misma. También está la opción de contactar a los fundadores del sitio para personalizar una recolección de información específica.
En todos los casos, “lo más importante es la divulgación en diferentes medios de comunicación del mapeo deseado para que la gente se una a la iniciativa y envíe su reporte”, indica Rotich, quien confiesa que nunca sospechó que lo iniciado como una idea de amigos algún día tendría más de 30 colaboradores desde Malawi hasta Brasil, y que contaría con el apoyo oficial de organizaciones como Global Voices Online, Google y Mozilla Foundation, que permiten que la página funcione gratuitamente.
Hasta el momento, la plataforma ha sido utilizada en más de 20 países, consolidándose, al igual que otras páginas similares como tacticaltech.org, en ejemplos de cómo estas alternativas tecnológicas pueden ser aliados del activismo, la observación y la denuncia, para ofrecer a la comunidad global una voz y al mismo tiempo una oportunidad para ser escuchada.
Edición:
UN Periódico Impreso No. 140